6.14.2010

Por nacer tarde (¡Bolita por favor!)




Para no desentonar con el tema, vaticino que para cuando vea la luz este texto, ya se estará autoeliminado la multicacaraqueada selección azteca de la justa mundialista en tierras sudafricanas, por favor no se culpe a Francia.


Luego de ver coronado en el Azteca al más grande de los grandes: “O Rei”, iniciando la nueva década, instalado en el siete uno, y a varios km luz de distancia, en retrospectiva, me lamento, qué pena, no me tocó estar ahí, pero se sabe que fue lo máximo de este condado, nada más y nada menos: ¡el Woodstock Región 4!; ni modo, esas cosas pasan por nacer tarde.
Algo acidón para el arranqueEl Ritual/Easy woman



Sólo como anécdota, no hablaré en este espacio de la calidad, estilo o ritmo de tal o cual banda/grupo, la idea sonora es: conocerles, escucharlos, o volverles a escuchar. Se vale asombrarse con la variedad, disfrutar, identificar, recordar, viajar.

Dentro del flashback, frente al puesto de periódicos del mercado, con nueve y cacho de febreros a cuestas, alucinando barato con un “Gansito” y una “Chaparrita del Naranjo” entre manos, me veo mirando fotos y leyendo las crónicas: “Avándaro, el degenere”, “Rock y Ruedas, Avándaro”, “Avándaro, rebeldía y drogas”, “300 mil en éxtasis”, e-te-ce.


Para entonces, se leía el “Piedra Rodante, “México Canta”, algo se publicó también en el “Notitas Musicales”, luego, en el “Conecte (Musical)”, “Sonido”, y… no recuerdo más. En la TV setentera, poco espacio, en la radio, ni se diga, la "Academia Zabludovzky" en su esplendor: boicot total al llamado “Rock Mexicano”, el precursor de lo que hoy parece una especie en extinción.


Paradójico, muchos grupos nacionales iniciaron cantando en el idioma oficial: inglés, y aunque no todos los guadalupanos que los escuchaban entendían lo que aquellos cantaban, a final de cuentas el “rollo”, “hermano”, era “estar en la onda”, ser o estar “in”, bueno, así se decía.

México canta(ba)
Dugs Dugs/Estoy en onda


Primer acercamiento, Tere, carnala mayor, recia, carácter a lo “Doña”, y un tanto en concordancia con el movimiento de la época, oyendo Soul sacrifice, Jingo, Evil ways,de Santana, cosas de Blood, Sweat & Tears, Chicago, Peace and Love, Tequila, pero sin portar flores en su pelo, se despide pronto de los toquines, cafés cantantes y de la inocencia, para pasar a los asuntos, trayendo consigo al primer sobrino, justo al inicio de sus quince primaveras, dejando a un lado también el A-go-go, el Hanky Panky, y uno que otro paso bumpin’; amor y paz hermana, amor y… zaz .


En concordancia

Iguana/Nena



Siguiente escuela, César, otro carnal –de 9 en total-, entre Enrique (fresón), Bertha (fresona) y Ale (fresotota), reflejo masculino de Tere, le saldría también lo rocker y desmadroso; él con los Rolling, Zeppelin, Deep Purple, Sabath, Doors, pero metiéndole simultáneamente a los sonidos del Three Souls in my Mind, Dugs Dugs, El Ritual, uff, a lo mero macizo del Rock-mex.


Uff, quién no

Three Souls in my Mind/ADO



Entrando a la segunda mitad setentera, con más bandas de Rock saliendo de la clandestinidad forzosa, emergiendo como todo buen PachaRocker (DR), empiezo a ir a los famosos toquines y hoyos funkies, “El Herradero”, “Balderas”, “La Casa del Pueblo”, entre otros. Nunca entubado (pantalón de mezclilla ajustado), pero bien presto danzando con las morras el pachequísimo “Baile del brinquito”, luego bautizado por Paco Gruexo como “Chili & Pili”, una cosa así como la antesala de los madrazos, un slam subido; palpar en vivo y en directo eso que llamaron “Rock Nacional”, ¡qué pasito tan cortito con tremendo zapatito!, tsss.


Para danzar con las morras
Enigma/Save my soul


Antes que Cruyf, Maradona, Van Basten, más pa’ca, los Ronaldinhos, los Cristiano Ronaldo, los Roony, los Messi, está su majestad Edson Arantes do Nacimento, Pelé (O Rei). Antes del “Rock En Tu Idioma”, “Los Nuevos Valores del Rock Nacional”, y demás etiquetas, hubo un movimiento rockero en México, sin poses, generacional, que incidió de manera trascendente en quienes lo escucharon, en quienes iban a las “tocadas de Rock”, en los que tuvieron la dicha de estar en Avándaro.

Luego de una asaroza y -no olvidar- desmadorsa adolescencia, César está en los USA desde hace unos veintitantos añejos, ya abuelo, divorciado, cristiano, alejado del R&R y la falsa sociedá, pero permitiéndose el placer de la memoria, como en aquella visita extrafronteras que ha ya unos ayeres le hice, oportunidad aquella para rememorar –entre otras anécdotas- cómo tenía yo que hacerme invisible ante sus ojos en cada toquín dominguero-pachequero, en la Casa del Pueblo o Balderas, y cómo había sido también un misterio la desaparición temporal de algunos de sus acetatos más preciados.


Doña Tere, con más de un tostón a cuestas, decidió darle vuelta a la hoja igualmente, para cada vez ver menos Avándaro, el Amor y paz, el Amor y… zas, el Hanky Panky, sólo llevada momentáneamente al pasado por un empecinado carnal PachaRockero, para arrancarle fotos en sepia y una que otra sonrisa setenteras, ocasiones estas para el agradecimiento formativo involuntario. En fin, qué pena, qué lamento por no haber sido parte de aquellos 300 mil, pero qué fortuna la mía con los Rockbrothers, me consuela la dicha de que ellos -y Pelé- sí hayan nacido a tiempo.


Netamente setentero
Malo/Suavecito






Lléguenle a lo mero macizo carnales, Amor y paz

(Este link ya no existe, originalmente contenía un compilado, con rolas de aquel entonces. Si tienes interés por ese material, deja un mensaje).

6.01.2010

Lo dulce y loqués: Woody Allen y su música




There'll Be Some Changes Made - Dick Hyman Group + Howard Alden by El Marqués de la Narvarte

Seguro han escuchado la frase: “psss nomás loqués, güey”. Proferida ésta por un chichifo que ha espetado alguna neta en nuestra cara y cuya dicción es tan exigua que no puede pronunciar: “lo que es”. Bueno, hoy hablaremos de loqués.

Un año antes de que se acabara el pasado siglo, Woody Allen dirigió la que considero su mejor película: Sweet and Lowdown (Dulce y verdadero por justa traducción, pero en español se consigue bajo el estúpido título de El gran amante). En ella, Sean Penn encarna a un ficticio guitarrista llamado Emmet Ray que compite internamente por ser tan bueno como el real (en la película y en la vida) Django Reinhardt. Realmente la cinta trata de cómo Emmet Ray se hace pendejo cuando encuentra uno de esos amores tranquilos —y hasta abnegados— en una adorable mudita de nombre Hattie (interpretada por la hermosa Samantha Morton) y lo tira por ir en pos de alguna morra toda crosti y quezque muy buena, en este caso Uma Thurman, representando a la novelista y biógrafa de Emmet, Blanche.

“I made a mistake”, grita insistentemente Ray mientras destruye su guitarra contra un árbol. Hatie está casada, Blanche se fugó con un guarura y tal parece que —todo jodido y triste para siempre— será capaz de ejecutar tan bien, o mejor, que Reinhardt.

I'll See You In My Dreams by El Marqués de la Narvarte

Por supuesto que no sabía esto que les cuento. Ni que Emmet no existió más que en la imaginación de Woody Allen, ni que existió Django, ni que esa música marcaría una época en mi vida.

¿Jazz? Claro, te manejaba todo lo que viene siendo… Charlie Parker, John Coltrane, Dave Brubeck, George Gershwin, pero casi no salía de ésos y sobre todo, no pasaba de decir que “Summertime” era la cosa más cabrona que nadie hubiera hecho jamás (excepto la de Nina, cuya versión detesto).

Liebestraum No. 3 - Django Reinhardt by El Marqués de la Narvarte

Pero escucho “Liebestraum No. 3” y todo cambia; Charlie, John, Dave y George son destronados. Ahora sé que es una adaptación que Reinhardt hizo de una pieza de Franz Liszt, aunque en su momento sólo arqueaba las cejas reaccionando a los arpegios más llegadores del gitano de mano deforme tal como lo hace Emmet en el filme, mientras escucha esa misma canción.

Llegó a mis manos el soundtrack en cuestión. Nah mames. No puedo dejar de escuchar a Howard Alden prestándole su magnífico sonido a los dedos de Penn, que como dijera el Javi “los mueve como él se imagina que se toca la guitarra”. Qué música más cabrona, qué ganas de bailar sacudiendo las manos por encima de la cabeza, mover los pies y parar las pompas.

Just a Gigolo by El Marqués de la Narvarte

Sobresale, además de varios temas de gran algazara, uno que tiene la virtud conmovedora de la rola del romántico Liszt. Emotivos, pues, como el rostro de Hattie, dueña de una pureza que deja como lisiada gonorréica a Blanche. Y así, inmaculado, habrá algún semblante que cada uno de mis 4 lectores está recordando ahora mismo. Bueno, regresando a la trama de Sweet and Lowdown, ¿qué nos queda después de actuar como botarates y dejar a la morra de nuestra vida? Ahí está la música, que les responderá.

Así es, compañeros. Dejar el amor, perderlo (intencional o porpendejamente) sólo nos ofrece la posibilidad de apreciar este tipo de expresiones. Estamos ante los hermanos de la jodidez. Su obra no es resultado del mero resentimiento de un ego mancillado por el despecho; es médula sentimental que sólo puede apreciar cabalmente otro corazón roto. En fin, eso me dejó Sweet and Lowdown y claro que se lo agradezco.

Night And Day by El Marqués de la Narvarte

La última parte de mi búsqueda sobre todo lo que tuviera que ver con Lo Dulce y loqués fue circunstancial. El Milton arribó a la casa con Wild Man Blues, documental sobre una gira de la banda de jazz de Woody Allen, sorprendente intérprete del clarinete.

05 Martha (aka Mazie) -Woody Allen and his New Orleands Jazz Band by El Marqués de la Narvarte

Tie Me To Your Apron Strings Again - Woody Allen and his New Orleands Jazz Band by El Marqués de la Narvarte

Me resulta increíble ver cómo este vejete se retuerce en torno a su instrumento y mueve las piernas llevando el ritmo. En toda la gira lo acompaña Soon-Yi Previn, su joven esposa; esto último no sólo es inverosímil, sino un tanto asqueroso. Mi duda es si Emmet Ray es un trasunto de Allen, con los excesos y tonterías propios del artista farol. ¿Soon-Yi es para Woody, lo que Hattie para Emmet? Yo espero que sí y deseo sinceramente que no exista ninguna Blanche, queridos funkardos, que nos desvíe y pierda. Que no nos traicione la vanidad y seamos… ¿cómo decirlo sin que suene cursi?... ¿perceptivos?

Psss, digo, nomás loqués.


After you've gone -Dinah Washington by El Marqués de la Narvarte