11.25.2010

A DJ saved the night

“…Y sigue la mata(nza) dando”/Ragazziano.


En la entrada “El lado suavecito”, el recién festejado Marqués de la Narvarte nos dejaba conocer su faceta smoothy, dalayesca. En su momento, platicábamos del material, ¿qué te pareció mi Ragazziano?, no, pus, una onda muy suavecita (ja), me recordó un evento reciente al que asistí, breve reseña por el chat, mencionando que algunas de las rolas subidas en su post me sonaban tan soft como parte del repertorio de aquella velada.


Septiembre dos mil diez, empezando la noche, piso once, torre de Insurgentes Sur, presentación de equipos de telecomunicaciones, una empresa mayorista suele organizar eventos de caché en cada lanzamiento tecnológico; vayamos pues. Sonriente, la recepcionista valida en la lista de invitados, ¿de qué compañía vienen?, ah, claro, sí, aquí está su nombre, ¿tendrá una tarjeta personal por favor?, gracias, por aquí, acompáñenme. Lo que en cualquier día viene sirviendo como área de capacitación comercial o técnica, hoy es lo más parecido a un salón de descanso, reteagradable, decoración de esa que hoy llaman minimalista, iluminación bien chida, dejota integrado, amenizando el momento, martinis, champaña, vinos, gente ataviada tipo cocktail, aquellos que regularmente atienden por teléfono y te dicen: “¿cómo estás mi estimado “X” cuándo nos la echamos?”, en clara referencia a una cerveza bien fría, hoy optan por un “hola qué tal, ¡qué bueno que nos acompaña!”, “¿todo bien?”, “cuándo considera que pueda cerrarse esa operación?”, “¡qué bonita corbata!”, “¿otro bocadillo?, ¿más vino?”. Términos versallescos a la mano, que si el high performance, que si las VPN`s, el firewall, conectividad, el networking, threat prevention incluido, aderezado con poses y palabras recurrentes, antepuestas de prefijos como súper, archi, mega, hiper, expresiones al estilo de “o sea”, “de hecho”, “has de cuenta”, “en mi blackberry” o “en mi Iphone”, según sea el caso, “lo que nos distingue”, e-te-ce.


No la estaba pasando muy bien entre snobs, hipsters, inges del Tec, yuppies… y uno que otro viejo güey (tururú). La salvación llegó a través de mis oídos.

Before today



Promises




¡Ah cabrón, este vato se la sabe!, a mi arribo le había ignorado, lo tomé como parte de la decoración, sorry; después de la siguiente rola me iba aproximando, claro, copa de vino en mano, cuando… oquei oquei amigos, recibamos a mister Yon Legüinsqui (por decir un apellido rimbombante), directo de Sílicon Balei, quien nos dará la introducción al fascinante mundo de los fairguols de nueva generación, sosiégueseme ahí, aguantemos pues.


Intermedio. ¿Qué vamos a seguir escuchando mi estimado?, pregunté, ¿es reclamo?, naah qué va, al contrario, te felicito por ese último parcito, ah, ya, nadie saldrá herido esta noche, jaja, la verdad, traía otro playlist, me sugirieron algo más jazzero, más de mezzanine, más para elevador de Insurgentes, pero dije ¿por qué no?, aplaudo el arriesgue.

Surrender




¿Qué te echas?, ey ey amigo, dos espumosos bien rebajados porfa, gracias, ¿y qué tal si te sigues de filo?, mmm, ¿crees?, ¿quién manda en los platos?, jaja, va.

Single




Bien, continuando con nuestra presentación, ahora hablaremos del performans, y cómo se logra un netguorking transparente a través de los fairguols de nueva generación, y en palabras yupiosas… shalalá shalalá. Bloque de sesudas preguntas -y sesudas respuestas-, ¿jau can ai du for crieit a transparent bi-pi-en?, buying our firewalls line!, haha -o jaja- de un cuarta parte de asistentes, mosca en pleno vuelo, fin de sesuda sesión. Gracias amigos, los invitamos a que continúen con nosotros, bebidas y bocadillos están en el área sur del salón.


Reinicio del bisne, ¿todo bien?, ¿ya le dieron la presentación en cidi?, ¿qué le pareció ingeniero?, ¡fantástico!, échate otra rolita mi diyei.
Tracey in my room




Ya no la estaba pasando tan mal, es mas, me parecían soportables los diálogos, las poses chic, los sonsonetes cursis de inicio, ah qué buena mezcla: música, vino, trufas, canapés, iluminación y grato DJ, así sí baila mi’ja con el siñor, hubiera sido la cereza si los famosos fairguols vinieran acompañados de un jugoso descuento por introducción (ouch! tipo Homero).


¡Oye pero qué buen set mi hermano!, ¿perdón ingeniero?, nada de ingeniero, Oswaldo para ustedes, no sé quién chingaos te había dicho que pusieras eso cuando llegaba la gente, perdón, así me lo…, no te disculpes, en cuanto sepa quién fue el de la idea lo corro, jaja, no que va pero, lo cierto, es que los invitados ya están más relajados, y dos que tres ya mero se animan, ¡salud!, los veo más tarde, uff, qué buen pedo con el jefazo.


Cae la noche, el anfitrión consiguió un par de “cierres”, los inges gringos ya andaban medio pedos, los hipsters, yuppies y snobs venidos en chavos alivianados, la asistente del jefe preocupada por su permanencia en la empresa, tarjetas van tarjetas vienen, un maître gandalla, y así por el estilo. Por lo que a mí corresponde, no conseguí el ansiado descuento, quedé con más dudas técnicas que el de la mosca al vuelo, pero a cambio, comí y bebí de manera abundante, de pilón, armé un itacate de trufas y bocadillos pa’l camino, platiqué largo y tendido sobre la melomanía, los tornas y el mundo que gira a su alrededor, con un redimido DJ, de quien recientemente se sabe, le cayeron más presentaciones, y de quien han colocado su foto en el área comercial de la empresa que nos invitó, dizque con fines motivacionales de venta, ¡vaya con el tipo!


Ah sí, la música de este post, lo olvidaba, bueno, como habrán podido escuchar, corrió por cuenta de Everything But the Girl, Basia y Swing Out Sister, voces de bellas féminas que unilateralmente por mis polainas he venido a llamar “Las 3 B” ( Beautiful British Block), y digo, pese a que Basia haya nacido en Polonia, no me lo desnegarán, ajusta rebien a este “lado suavecito” del sonido inglés.
New day for you





El DJ sugiere tener su BBB a la mano.

10.17.2010

De vuelta a los orígenes: El nuevo disco de Gecko Turner

Gecko Turner - You can't own me


Cuando comencé mis aventuras blogeras —hace ya un par de años, bajo el amparo de La piccola música y antes de ser apuñalado por cierta hormiga asesina— el primer güey que “reseñé” fue este pacense que recién conocía y que me moló desde un inicio.

El entusiasmo fue quizá desmedido. En aquella ocasión aventuré esta frase: “He escuchado muchas veces que Cortázar crea en sus lectores la sensación de que están leyendo cosas que se les habían ocurrido con anterioridad, nada más que una ilusión. Creo que él es un constructor de realidades. Gecko es mi Cortázar musical”. Sí, discúlpenme, por favor.

Luego de esta lamentable apología le propuse al Feligrés que hiciéramos un programa especial del Gecko y sin mucho negociar conseguimos que El Kamaleón de Código DF transmitiera una hora del español funkero y, por qué no, funkardo.

Gecko Turner - Tea Time (And The Five O'clock Jam)


Desde entonces lo recomiendo sin parar y sus canciones figuran entre las más reproducidas del iTunes.

Hace un par de meses me enteré de que Gecko Turner retomaba su carrera con Gone down south (En español de México se pudo haber llamado: “Bajando al río”, “Pegándose unos guapos” ya de plano “Bajándose por unos guagüis”, aunque los gabachos también usan esa expresión cuando anuncian un viaje a México o algún país de más abajo). Se me hace que ahí comienza el mayor pedo de Gecko Turner: se le olvidó que se llama Gabriel Echave Peláez y no Marvin Gaye Jr.; que nació en Extremadura y no en Brooklyn.

El disco salió a la venta el primero de octubre. Desde el dos hice búsquedas diarias por el Google y no aparecía por ningún pinche lado, los sitios más dadivosos ofrecían una canción completa o fragmentos de nanosegundos de todos los tracks del disco. Mixup no lo tiene en su catálogo y en iTunes estaba sobre los 10 euros.

Comencé a desesperar hasta que Momalina se ofreció a pagar la mitad del costo de la descarga del disco en Soul Seduction, portal que lo tenía a un precio más decente: algo así como 140 varos.

Gecko Turner - When I Woke Up

Pagué caro dejar de lado todos mis principios y soltar dinero por una carpeta con archivos. Me deja tranquilo que Turner reciba un par de dólares por nuestra compra, pero me hubiera gustado que ese dinero hubiera sido gastado en cualquiera de sus dos discos anteriores. El álbum está bien, pero no alcanza los momentos grandiosos de temas como “Pal Perú” (Chandalismo ilustrado) o “¿Sabes quién te quere?” (Guapapasea!) donde hacía música negra en español. Hoy Turner se consolida como soulero, como funkista, pero en inglés. ¿Será que de plano no funciona hacer música en español? ¿Acaso hay que cantar en inglés para asegurar cierto público?

Gecko Turner - Ámame, mímame


Me he cansado de querer justificar mi compra, sobre todo de hacer como que no me importa que el disco no sea tan bueno como los anteriores. Lástima, Mar-ga-ri-to. Ya ni llorar es bueno, les dejo una selección de las rolas que, como dice el Milton Malone, se pueden escuchar. En “¿Sabes quién te quere?” decía, refiriéndose a alguna musa, que “baila en inglés”. Excelente referencia a eso que nos encanta por resultarnos extraño: “Me gusta esa vieja porque se apropia de lo gringo en su baile castizo”. Bueno, Gabriel, me dejaste de encantar porque quisiste ser uno más, che puto.

Gecko Turner - The Love Monk


Gecko Turner - Holly Hollywood



Gecko Turner - Cuánta suerte

10.06.2010

Terror en mp3

De centenarios y bicentenarios: “El pueblo que ignora su historia,
está condenado a… seguirle comprando baratijas a los Chinos”.
/PachaRocker.


Advertencia: El contenido textual y sonoro de este post es altamente perturbador, no es apto para personas con problemas bacardiacos, se recomienda discreción.
No escuchar si está sol@ y a media noche




Ñaca ñaca
Atardecer tirándole a anochecer en el oriente de la ciudad, uno nueve siete cero, PachaRocker(DR) junto al “Gigo” jugando cuirias a mitad de la calle, bajo amarillenta luminaria, de repente -y por unos cuantos segundos-, el faro emite una intensa luz (amarillenta), ¿qué onda?, no manches se va a “fundir”, ‘ira, los demás “focos” están “bajando”, sincho, ‘ira, hay mucha gente en la casa de los Monroy, ¡junto a tu casa!, exclamó el Gigo al tiempo que corríamos al chisme.

Arremolinados, junto al resto de los fisgones, preguntábamos qué pasaba, por qué la mitad de la calle quedó en oscuras, creo que el diablo se metió a esta casa, ¡ay Dios santo, ampáranos!, sí, dicen que ya viene el cura pa’ca, que va a exorcizarla (o algo así), padre nuestro que estás en el cielo…; asómate, nel, ¿a’ver tú si muy chingón?

A un lado por favor, va’pasar el señor cura, ah cabrón, ¿y pa’qué trae metralleta ese güey que lo acompaña?, sepa. Mucho ruido, arrastrar de muebles, una especie de grito ahogado, el décimo segundo “Padre nuestro” cortesía del Padre ese, ¡sal maligno, abandona esta casa, yo te maldigo, te expulso para siempre en el nombre de Dios! Armados de valor –y morbo-, llegamos hasta la ventana, “el dúo dinámico” se asoma (qué tanates aquellos señor Don Simón), ¡ay no mames, córrele!, ¿qué vistess?, ¡unos ojos!, ¡me cai' que sí, yo también!, ¡sí, eran como rojos, brillaban, se abrían y cerraban!

A escasos minutos, con los tres pelos que le quedaban en la tatema, sale en reversa el mentado cura, echando agüita pa’lla y agüita por acá, a la vez que intenta aliñarse y se revienta el vigésimo y tantos “Padre nuestro”, a formarse los besamanos; ¿qué pedo?, ¿qué habrá sido?, sepa.

De a poco, va recuperando su tono amarillento el resto de la calle, ‘ámonos, te voy ganando; amén.


Cus cus
Mi agüe Lupita (q.e.p.d.), quien silentemente presenció aquella hazaña escenosa del “chamuco” en ca de los Monroy, cual prudente y sabia mujer que fue, esperó bajo el dintel de la puerta (con su inseparable cajetilla de “Faritos” en la mano) el retorno de toda su prole, uno a uno fuimos entrando, uno, dos, otro más, y al final, yo.

Abue abue, ¿vistess lo que pasó?, claro que sí mi’jo, el Diablo nunca descansa, aah, ¿y por qué no descansa abuelita?, miren, háganse pa’ca… su tío Efraín, ya saben que le da mucho por “la tomada”, por más que le digo que la deje, salió un día temprano a una chambita, como todos los días, lo persino y le’cho la bendición pa’que le vaya bien, ya era tarde y no llegaba, ¿pos’ éste?, al rato aaai’ lo veo que viene dando tumbos, ándale tú de nuevo, ¿vas a cenar?, no, no quiero, ¡déjame!, bah, allá tú, aluego que iba yo a dormir, sale éste al patio a “hacer del cuerpo”, sus necesidades pues, cuando estaaaba con los calzones abajo y todavía medio briago, oye una risa muy fea, levanta la cara, y lo primero que ve es un charro vestido de negro montado en su caballo con alforjas al lomo, ¿qué quieres cabrón, no ves que estoy zurrando?, tu alma, y le aventó unas monedas de oro y plata, ¿qué?, sí, tu alma, toma las monedas, para que sigas en el vicio, ¡me lleva la chin…!, queriendo pararse y subirse los calzones, pa’ cuando levantó la mirada, aquél ya se había esfumado sin dejar rastro, con todo y la risa esa.

¡Amá amá, perdóneme usté!, entró gritando a la casa, sin más, lo abracé, lloraba, me contó lo que pasó, le dije, ande pues mi’jo, cene y acuéstese, que mañana se me va a “jurar” y a dejar de andar faltándole el respeto a su madre, que si usté sigue así, en una de esas, agarra las monedas y… ni Dios padre lo salva, ¡ándele!

MeeelloLuego de unos cinco abriles de no verle, contábame Poncho el por qué de tan prolongada ausencia, me estaba yendo mal, tú sabes, sin chamba, broncas en casa, decidimos probar “fueras”, nos fuimos a un poblado entre Puebla y Veracruz (Tlachichuca o Chilchotla, no recuerdo bien cuál me dijo).

La cosa pintaba, un primo me dio chamba en su taller de maquila, yo entregaba y recogía algunos pedidos de ropa; el pueblo era muy tranquilo. Antes de morir mi papá nos fue a visitar, resulta que él ya conocía ese condado, llevaba consigo un aparato para localizar metales, convencido de la idea de encontrar tesoros en algunas casonas abandonadas, nos dimos a la aventura de buscarlos por un par de días, pese a las advertencias de los lugareños de no hacerlo.

Después de tres predios, y no’mas ni maíz, le dije a mi papá que pasáramos la noche en la siguiente finca y que al día siguiente continuaríamos, confiando en por fin encontrar algo, así lo pretendíamos hacer, buscábamos dónde recostarnos, cuando papá encontró una especie de pasadizo a un costado de una chimenea, y ya sabes, “…la curiosidad mató al buscador de tesoros”, entramos de rodillas –con todo y aparatejo- por el estrecho espacio de lo que alguna vez tuvo una tapa o puerta, a los dos metros aproximadamente, pudimos incorporarnos y empezamos a descender por una escalera metálica de “caracol”; un nivel abajo, el detector de metales sonaba cada vez con mayor intensidad, resultado: algunas vasijas, monedas, copas y cubiertos de mesa de plata.

Cuando vino de regreso al DF mi papá con parte de “la maleta”, ya se había esparcido la noticia en el condado aquel, la gente insistía sobre las posibles consecuencias para quienes irrumpen en la zona en busca de tesoros; en lo que a mí toca, decidí conservar sin tanta fiesta lo que papá me dejó.

En el lapso de un año (tal vez más) empecé a sentirme mal, muy cansado, con insomnio, a escuchar ruidos y voces dentro de mi cabeza, definitivamente, algo andaba mal a partir del hallazgo, de papá ni se diga, una llamada lo confirmó después, él estaba hospitalizado, que si el hígado, que si el páncreas, que si esto… no resistió. Todavía en su lecho de muerte pudo decirme: “deshazte de esas cosas, están malditas, pinche gente y sus creencias… pero ai’ va uno”.

Al tiempo en que me platicaba Poncho su historia y su pena, y entrados en el clásico intercambio de material discográfico, ponía (sin darse cuenta) en mis manos al Devil Doll, entre otros discos. Luego en casa, de noche, recordando al Gigo, a mi agüe Lupita y al Poncho, lo escuché: un sudor frío me invadió cuerpo y alma, a partir de entonces, puedo asegurar que conocí el lado siniestro del Rock. Amén.





8.05.2010

Agua Reticular

Basta de fingir que no pasa nada. Demasiada violencia en el día a día./Ragazziano.




Onda tropical africana hacia costas caribeñas, mar Atlántico, junio dos mil diez, treinta y tantos grados, aire ascendiendo, destino: Golfo de México (y lo que está pegado a él).
Santana/Aguamarina

Tarde-noche, viernes, llueve mucho, México, D.F., el hormiguero, un mes después, iniciando recorrido, rumbo: desde el Norte capitalino hasta la tierra prometida, en auto; largo, lento, enriquecedor trayecto, mirada a 1/32 s (cuadro x cuadro), omnipresente, hurgando en mundos propios, al hombre y sus circunstancias.
Mercury Rev/Holes

En primera: activar limpiadores. Abrieron el grifo, ¡pasumadre!, agua que cae, ¡muévanlo cristianos! Esquina: correres patosos, desordenados, hacia allá, no, haciaaa… por allá.
Agüitado, en escalinata despostillada, sujeta sus piernas escondiendo rostro –y pena-, él recuerda, desea. Las cosas pasan porque sí, a veces, cosas entrañables, las que llenan o te vacían la vida; más lluvia.
Moby/What does my love feels so bad

De segunda a tercera. Tres semáforos, tenues luces, por derecha, auto raudo, reflejos, ¡hijoeputa! , uff, mucha TV, diarioportadas, aprieta el acelerador -o jala el gatillo-, baah, gobierno, cloaca, miseria; respiro, sintonizo.
Lacrimosa/Not every pain hurts

Eterna segunda. Vuelta izquierda, arrecia, contrastes, balcón, él se expone, lo quiere, sonrisa, mira arriba, agua reticular, alma y cuerpo, agradece.
Monocordio/Me haces existir

Ventanas más ventanas menos, ella teme, a la noche, la soledad, al hombre, a su otra intención, refugio, ¿por qué a mí?; llueve mucho.
Yo-Yo Ma/Milonga del Ángel
Ketama/Aquellas pequeñas cosas

Lento avance. Bulliciosa zona, tacón alto, esquina, a corazón abierto, somos agua, torrente.
Chavela Vargas/Piensa en mí
¡La tromba! Contraesquina, salón, parejas, buscando el ritmo, “la base”, giros, marcando, y uno, y dos, y… frescura.
Sonora Ponceña/Huracán

En marcha. Asiento trasero, un suspiro, pasajera, cristal, dibuja, en blanco y negro, música en off, exhala.
Manic Street Preachers/Designed for life

Cabina, llamada aparente, escanea, huele, acecha, oculta, sonríe, tiembla, has por venir… pronto.
La Barranca/Día negro

Zona nice. Café para dos, silentes, se miran, se esquivan, naufragan, se pierden, evanescentes.
Cerati/Bocanada

Copiosa lluvia. Acera, autos, ¡splash!, la figura, tan bella, lo fue (el ombligo del mundo), ¡aah qué pena!
Suede/She’s in fashion

Arribando. Cual ave, pequeño, húmedo, intenta el vuelo, le ignoran, aletea, bebe, ordena, aletea, le ignoran, cae, lluvia intensa.
En esas tardes-noches mojadas, la ciudad, el hormiguero, late como el corazón de un enfermo, sin compás, el ambiente se vuelve espeso, grisáceo, aunque es bueno ver que de vez en vez, prudentemente, le atreviesa de manera fugaz un haz luminoso, cálido, que se dispersa en el personaje colectivo, en algunos cuerpos ansiosos de tibio aliento.
Depeche Mode/Home
El hombre, posición fetal, lluvia afuera, foco alejándose, fin.
The Gathering/Morphia’s waltz



Debido a que la DMCA anda muy brava, busquen el compilado en los comentarios, pf, grax.
OST, música incidental y escenas no vistas de Agua Reticular.

7.29.2010

A un mes de la eliminación


No mames, ¿un mes? ¿te cae? Pus sí, mis funkarditos. Nos quedamos en el cuarto partido hace 30 días. Luego se acabó el mundial, las selecciones alternativas (“No, pus ora yo le voy a Uruguay”). Terminó lo que, en palabras del Ragazziano, fue “el mundial del menos malo”. Difiero absolutamente. El mundial ofrece lucha de a de veras (Ghana, Estados Unidos, Uruguay), entraña (Eslovaquia), coraje (Alemania); el mundial se suda, se vive. Quien quiera ver juego bonito, contrate Sky y vea la liga Española o, mejor, la Premier League. Pero no entraré en provocaciones, mi doctor me lo ha prohibido. Sólo cito a Caparrós, después de asegurar que disfruté ver jugar a mi selección mexicana (manoseada, truqueada, infiltrada y necia) y que vi el mejor juego de mi México contra el subcampeón del mundo (en huelga, güevón y lo que ustedes quieran) en una tele con fantasma y, hace justo un mes, la absurda eliminación, en el marquesado, en HD. Así es el mundial, la mejor celebración del mundo moderno, pagada por los ricos y directa al pueblo. (¿Opio? ¡No mamen!) Ah, sí; la cita de Caparrós:

El Mundial es una amante, una locura de verano, una de esas historias que te hacen pensar que si la vida fuera así sería maravillosa y que ojalá no sea. Consigue que la salvajería feliz no dure noventa minutos sino treinta días; no es poco, y es casi demasiado. Uno de los grandes méritos del Mundial es que, a diferencia de casi todo lo demás, acaba cuando debe.

Ahora sí, disfruten (si es el caso) de otra ficción del Marqués musicalizada con puro mexicanote, ¡chingá!

El día que México pasó a cuartos de final

TJ Tango - Nortec Panoptica Orchestra


La mesa estaba servida: un apetitoso chicharrón en salsa roja, tortillas de maíz verde y frijoles charros. La señora de la casa animó a sus dos hijos para disfrutar un desayuno fuerte que les permitiera tomar un par de cervezas sin que se emborracharan. El partido se anunció para las nueve de la mañana.

Pásame más tortillitas, jefa. ¡Nombre! este chicharrón está chingón. ¿Edá, tú?

Agüevo, mano. Y bien picosito.

Ira están echándose el himno. ¿No te vas a parar?

¡Ja! Nel, mano.

¡Jefa! Írelo, no quiere cantar el himno.

Pus no te veo a ti cantándolo, mijo.

Chiaaa.

No, pus la neta, carnal, ya se me enchinó el cuero… ¡Yrretiemblensuscentros… tieeerraaa… sonoro rugiiircanón!

¡Eso, chingá!

“Yeh comienzeh el partideh”.

Juego digno de la selección mexicana. Dominio monótono, varios sustos y pocas oportunidades de gol frente el rival eterno: Argentina.

Mama Loves Nortec - Bostich + Fussible

Alfonso Pérez tomó el balón y, con más ímpetu que talento, se libró de dos rivales.

¡Órale, papacito!— grita la señora, mientras sus hijos dejan la cerveza sobre la mesa.

El pase (balonazo lanzado con los ojos cerrados) cayó, después de varios rebotes, pleno en el pecho de Miguel Hernández que remató con la marca encima.

No mames, no mames, no mames— murmuraban al unísono los hijos.

El balón depositose en la portería y botó dos veces antes de que el portero cayera sobre el césped.

“¡Goooeeeeeeeeeehl de Méeeexiqueeeeh!”

No hubo tiempo para más. Sin la prórroga merecida, Argentina sucumbió ante los ratones verdes.

Vámonos al ángel, ma.

Pero, ¿qué no tienen que ir a trabajar?

Naaaah. ¡Ganó México!

Bueno, deja le apago a la olla express.

Ya lo había anticipado uno de los más respetados escritores cuando en la eliminatoria mundialista varios aficionados mexicanos se dirigieron furibundos al hotel de los gringos y “hubo intentos de abuso sexual en contra de turistas y paseantes diversos” (“El fin del relajo” http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?m=200908).

Nadie hizo caso al aviso y tal vez el catalizador fue inocente: "Este triunfeh es pareh aquellehs que viven en la pobrezeh, pareh quienes viven en este grehn paíehs de pobres". Gimoteó el cronista justo cuando la transmisión se desviaba a los estudios para su oportuno análisis en donde pudo verse, desde 28 diferentes ángulos, cómo Miguel Hernández horadaba la meta de Mateo Heriberto el mono Marinetti.

Bailen el Puto (2008 Mex-More Refix) – Toy Selectah

Todo el país —entre ellos “paseantes diversos”— salió a las calles para hacer sonar el claxon con el famoso tu tu tututú. Una horda innúmera de camisetas verdes se encaminó al Ángel de la Independencia capitalino y a los distintos sitios de la república que tiene el pueblo para celebrar empates y triunfos y una que otra derrota, contra equipos generalmente malos, muy malos y pésimos.

— Y en dóoonde están en dóoonde estáaaan, los argentinos que nos iban a ganar. y endóoondeeee…

Esto fue diferente, hubo más incredulidad que júbilo entre quienes brincaban sobre los carros y entonaban el “Cielito lindo”. Los primeros en transformar el ambiente fueron los líderes de las diferentes barras bravas “mexicanas”.

Che, ¡esto es grosso!

Y sí, sacate de la chistera uno de esos cánticos a la Racing.

— No me toqués las pelotas, estos giles necesitán algo burdo, ¿entendés?

Ahí tenés toda la razón, loco.

Entre ellos (es decir 3 o 4 personas) idearon el cántico que adoptaron los demás, acostumbrados al “este puño, sí se ve”, al “Zapata vive, la lucha sigue y sigue”.

"Olelé, olalá. México, sí se puede, no sólo en el mundiá”.

La versión refinada provino de la mítica porra Tito Tepito: “Paíiis de pobres, pero un chingo de goles”.

Sexy Boy (Raverton Remix) – Toy Selectah

En el balcón del Palacio Nacional fue requerido el presidente de México:

Señor, tiene que salir a calmar a la gente. Están enloqueciendo, hay reportes de atracos a centros comerciales y… ¡ataques a paseantes diversos!

Ah, qué jijos de la chingada. Yo le dije al técnico que sacara un empate y que en pénaltis no podíamos ganar. Ya sabía, ya sabía. Bueno vamos.

En un acto improvisado el presidente comenzó a hablar del buen ejemplo que nos daba el combinado azteca y cómo debíamos entender ese gran acontecimiento como una oportunidad…

¡No mames, cabrón! Hay que chupar.

¡Cállate, puto!

Llovieron botellas sobre el mirador ejecutivo y aunque ninguna impactó a nadie importante (casi todas cayeron sobre los aficionados más cercanos al edificio) el presidente tuvo que escapar por la salida secreta en donde ya estaban atrincherados varios aficionados armados con caguamas y palos.

Polaris (Sesión en vivo) - Bostich


No se sabe si la seguridad fue insuficiente o se afilió a la causa verde. Lo cierto es que en poco tiempo el ejecutivo federal estaba amordazado y con una playera de México tapándole la cara.

Qué, ¿no vas al Ángel, güey?

Nel, ¡la verga! Voy al Zócalo, dicen que agarraron al “preciso”.

No mames.

Me cae, caún.

No, pus vamos.

La explanada del Zócalo sirvió para la ceremonia. El personaje encapuchado luchaba contra los mecates que mantenían inmóviles sus extremidades. Podía verse que se trataba de alguien muy importante a juzgar por el corte de su traje pero la muchedumbre se negaba a creer los rumores: “¿Neta era el presidente?”. Alguien, que podría ser el subcomandante, presidió los actos haciendo la seña de “pito” a varias cámaras; otro, con una máscara del presidente legítimo apareció con la playera del 9, Miguel Hernández, y despojó de la capucha al presidente de la República ante el alarido de cientos de miles:

¡Goooooool!

Los movimientos del enmascarado hacían suponer que se desternillaba, pareciéndole muy buena la puntada de la fanaticada, así que tapó de nuevo el rostro del presidente y se colocó el dedo índice en el medio de los labios justo antes de volver a revelar la personalidad del sentenciado:

¡Gooooooool!— gritaron de nuevo.

“Ah, qué bárbaros” pudo leerse en los gestos del presidente-legítimo-botarga.

El mundo entero fue testigo de la humillación pública a través de la televisión. Hicieron un concurso que consistía en golpear al presidente con un balón de futbol, alentados por el unánime “sí-se-puede”. Después de eso, el público subió a la plataforma acabando con todo cuanto había, no existían aliados en el estrado y todos los personajes fueron consumidos en cuestión de minutos, según pudo verse antes de que se cortara la señal.

Olvidela Compa (Sesión en vivo) – Nortec Collective


Selección pambolera