4.13.2010

El lado suavecito

Qué buena falta hace relajarse. Dejar de dar cabezazos como los que tan bien describe el Residente “con la cara pa’l frente y después cabizbajo”; detener por unos días el contoneo de las caderas; parar de brincar y andar pisoteando sonoramente el azulejo de la sala.

Un poco de tranquilidad nunca está de más.

Cero tamborazos y trompetas estridentes para mí, al menos por ahora. Estoy harto de llevar la responsabilidad de ser el amo del ritmo. ¡Harto!

Qué de malo tiene escuchar algo relajado que permita, además, trabajar o leer sin que distraiga la voz, y la letra de una canción, siempre entrometida y a veces más convincente que la realidad inmediata. (ay, güeeey)

Nada, señores. Hoy no quiero ponerlos a bailar. Pueden mover su cabecita, sí. Tienen permiso de palmotear sobre el escritorio y, por qué no, hacer un tímido beat box.

No crean que hoy haré las veces de impulsor de la cultura prehispánica, nada más lejos de la verdad. Aunque tal vez el cambio ha sido brusco así que daré una breve explicación. Durante una semana sólo escuché esto durante varias horas del día mientras descendían una y otra vez los voladores de Papantla en el corazón del parque temático Takilhsukut, en Cumbre Tajín 2010.

Entenderán, estimados míos, mi desesperación para el segundo día y no puedo transmitir con palabras lo castroso que era ya para el quinto (hablo de días, claro está).

¿Que qué chingados hacía un marqués en tan rústico sitio? Ejercer la profesión de cronista para los organizadores de dicho festival. ¿Sí estuvo chido? Sí. ¿Sí estuvo muy cansado? Sí. ¿Sí me estoy contestando solo? Sí. ¿Sí es porque así hablan allá en Tajín? Sí.

A eso de las 12 de la noche (si es que no nos tocaba cubrir un puto concierto) regresábamos, hechos (yo y el Pelos) mierda al hotel. Y de camino ponía invariablemente la selección que les presento a continuación.


El primero en aparecer era el recién descubierto por mí, el japo Nujabes. Creo que lo escuché una o dos semanas después de que muriera en Tokyo en un accidente automovilístico. Sniff.

Nostalgia, ritmo y unos beats bien aceitados otorgaba a raudales el buen Jun Seba (Nujabes, ¿topan el anagrama?)

¡Ah! Y estará muy muerto y merecerá mucho respeto pero colaboró con casi puro pobre diablo y hay que quedarse, sin dudar, con su veta acústica.

Kumomi

Kumomi by El Marqués de la Narvarte

Counting stars

Counting Stars by El Marqués de la Narvarte

Summer gypsy

Summer Gypsy by El Marqués de la Narvarte

Nah mames. El camión daba un chingo de vueltas en la carretera más eriza de todo el estado de Veracruz, pero de Tajín a Poza Rica yo andaba a toda madre saboreándome la chela que compraría para dormir a pierna suelta. El Jun me acompañaba un rato con sus ritmos suavecitos.

Luego también escuchaba a los Avalanches. ¡Sí, güey! No han sacado ni madres después del Since I left you. Silencio total desde el 2002. Hay quien dice que están preparando un asombroso material… ¡yo digo que son putos! Y que no pueden con el paquete de superar ese álbum. Lo cierto es que no pueden ni ellos, ni alguien más.

He aquí algo de lo menos conocido de estos culeros envidiosos:

Everyday

Everyday by El Marqués de la Narvarte

Slow walking

Slow Walking by El Marqués de la Narvarte


Finalmente, tal como el festival, las agotadoras caminatas, el mal clima, las nativas y cualquier cosa de este mundo, la selección y el viaje terminó. 9 lazy 9 es el encargado de cerrar la sesión Dalay.

9 lazy 9 grabó con el mítico sello Ninja Tune, creado por Coldcut y seguido por cabrones como Herbalizer, DJ Food o Kruder & Dorfmeister. El nueve holgazán nueve es el sonido de la modorra rítmica, que apendeja y deja una sonrisita como de pacheco.

Black Jesus

Black Jesus by El Marqués de la Narvarte

Electric Lazyland

Electric Lazyland by El Marqués de la Narvarte

The flying nun

The Flying Nun by El Marqués de la Narvarte

Están cabrones estos italianos (sí Ragazziano, tus paisanos). Keir Fraserello y James Braddell tienen, hay que decirlo, varios tracks de súper güeva y que se quedan en la categoría de lo “experimental” sin que uno pueda decir: “Tsssagüevo, qué locochón”.

El viaje tuvo sus consecuencias y de vuelta en la ciudad de México, cuando camino, me da por pensar en la flauitita esa de los voladores e inmediatamente recurro a la música, ésta y otra, para aminorar el recuerdo que me taladraba la inteligencia.

Y sí, eso de caminar es nuevo. Ora si no me canso no duermo, tons ahí tienen al Marqués camina que te caminaré por todos sus reales con el único propósito de echar una cotorrita.

Pásele y dese su dosis de suavesismo

8 comentarios:

Anónimo dijo...

"¿Sí me estoy contestando solo? Sí."
Jajajajaja casi caigo de la silla, que bien que haya estado chido lo de Tajín, y que sacaste buenos hábitos también, un abrazo!
Sol

EL "LIC" dijo...

Justo ahora que ando con la declaración anual se agradece que la seletsión musical no sean puros tamborazos y gritos histéricos. Bueno, nunca has puesto rolas con tamborazos y gritos, pero capaz que te entra lo hardcore y te manchas con tu público.

PD. Ya me convenciste de no ir el próximo año a Tajín, mano. jajaja. :p

Gil del Valle dijo...

No, mi lic. Sí está chido, pero es muy cansado. Además tú irías de turista y pus echarías la güeva de lo lindo.

Anónimo dijo...

¿pero y el viaje? nada mas te la pasas quejandote. Las canciones estan muy bien, pero yo quería mas historias.

XXXX

Ragazziano dijo...

"El amo del ritmo", eso estuvo bueno, pero no tanto como el material musical. Yo acá (la célebre) en pose medio lounge, con todo y martini en mano (y beat box en la otra), a punto de turrón, disfrutando el occsequio marquesiano, vamos, su lado suavecito, "Dalayesco".

No te quejes tanto, agradece que en tu travesía no te pidieron treparte al troncote ese, a rifarte una para el respetable.

Saludazzos.

Jim Milton Malone dijo...

Órale. Buenas y suaves rolas. Las apruebo.

(La única excepción: "Everyday" de The Avalanches. Ese efecto aplicado a la voz me provoca almorranas fulminantes. Qué bueno que Los Avalanchas no sacaron otro disco: sospecho que hubiera sido imposible distinguirlos de los Black Eyed Peas.)

Si me permites el atrevimiento, Marqués, debo confesar que tu texto me parece un tanto insatisfactorio. Quiero decir, ¿te envían de corresponsal a un país exótico para cubrir uno de los "eventos" culturales del siglo y sólo cuentas que te cagaron los voladores de Papantla y que durante el viaje de regreso al hotel pensabas en tomarte una cerveza? ¡Qué chasco!

¿Pero qué puedo decir yo, que no he aportado nada al Templo Funkardón en meses?

Ni hablar, Ud. perdone, Marqués.

Ragazziano dijo...

¡Ea ea el mismísimo Sir Walter Jim Milton Malone!, dichosos los ojos funkardos; no pida ud perdones, sólo déjese leer (y ver de vez en vez).

Otro saludazzo.

Gil del Valle dijo...

Ay, Milton, Milton.

Nn-nn, simplemente no se puede contigo. Está muy bien que seas tan corto de miras que no puedas distinguir entre un país exótico y parte de tu país.

Está muy bien que te lleves un chasco con mi falta de entusiasmo por uno de los "eventos" culturales del siglo.

Pero, y esto sí que no te lo perdono, ¿¿¿que compares a los avalanches con los blacaipis!!!!
Mira que soy un arma mortal...

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