1.13.2010

Por la senda del bien



Warning!: Next post may be disturbing for some people, recommended discretion.



Al “Panther”, excamarada, nombrado un par de ocasiones por estos espacios, a quien entre sus locas aficiones le daba por la cantada con mariachi en fiestas familiares, alquilarse para matar puercos, destazarlos y convertirlos en carnitas, moronga y chicharrón, el mismo con el que iba a comprar discos en Hip 70, e ibamos a conciertos de rock, sí, a ese bato le heredé gran parte de mi acervo vinílico, a la vez que decidí matrimoniarme; pensé (torpe y tristemente) en aquel entonces, que mis días pacharrockeros estaban contados, pobre iluso.

Dentro del material donado, se fueron joyitas bluseras de algunos de los grandes masters del género y la armónica: “Sonny Boy” Williamson, “Little Walter” Jacobs, Junior Wells, Big Walter Horton, y otros de la talla. Además de “repapalotearle” a la creme, la mostaza, the grass, el café, el Panther le metía también a los sonidos bluseros, los cuales intentaba proyectar instrumento en mano (y trompa), cuando por las tardes le caíamos al cantón del “Balacho”, su primo, a la hora de los ensayos con su incipiente banda rockera, resultado: un frustrado aprendíz de batería y un modesto ejecutante de armónica con tintes mariacheros.

“Cae más pronto un hablador…”, al poco tiempo volví por la senda del bien, por la senda del R&R, del Blues. Pasados unos añejos y una vez conocidos los sonidos de aquellas glorias, estaba yo dispuesto a escuchar cosas nuevas, conocer otros bluseros. Dentro de esos “descubrimientos”, me encontré con tres tristes tipos tersos que trigaban trigo en… ya, ya, párale, ok, ok, decía, tres tipos blancos adictos al blues, la armónica, rockabilly, al boogie woogie.

"People playing blues in their own way, their own version", pregona un apasionado del instrumento en cuestión, Charlie Musselwhite, oriundo de Chicago, viejo lobo de mar en estos menesteres; llegó a mí por medio de un cassette pirata adquirido en remesa en el tianguis sabatino de Las Torres y La Viga.

Desde finales de los sesenta, Charlie, ya le daba al bisne de esta manera:

River hip Mama

If I should have bad luck

Another one. Leyenda viva del blues californiano, contemporáneo de Musselwhite. Solo en sus inicios, luego con su esposa y banda, The Mighty Flyers, Rod Piazza apareció en posterior paquete casetero, convirtiéndose también (para mí) en grata sorpresa.

Sírvase la nutrida concurrencia disfrutar un parcito de rolas de este maese.

Sinister Woman

Honey Bee Buzz

The last one. Aunque le dio por meterse tarde a los estudios de grabación, el franchute JJ (Jean Jacques) Milteau, otro grande de la armónica, cuenta igualmente con una buena trayectoria en el medio, a finales de los setenta y con más de una peseta de años a cuestas, decide por fin entrarle de lleno al asunto, empezando a recorrer toute la France al lado de Aznavour, Montand y otros paisanos suyos, para luego emprender camino blusero en solitario, además de darle por escribir textos con métodos para armónica.

Una probadita de su propio champurrado

Boogie mix

Before you accuse me

De vuelta a la realidad. Contábame en cierta ocasión el Panther, que emprendió un viaje a una isla encantadora a presenciar un encuentro de reggae, momento que aprovechó para darle duro y macizo a tremendo “material” que se produce por aquellos lares: ¡oh s!í, touch n’ roll a diez caídas sin límite de tiempo. A propósito de los fríos infernales, no sé bien si por tanto “quemarle las patas al chamuco”, si por los imecas, o por el efecto Pokemón, el caso es que al Pantera le dio recientemente por ser “hermano”, pachecón, pero ya es “hermano religioso”, y para completarle, navegar también en las inmensidades de los ritmos caribeños, ¡se siente Rastaman!

Una vez abandonados los afanes mariacheros, el blues y la armónica (¡cómo!), perdidos mis viniles, catafixiado el filetero y el cazo por sagradas escrituras y boinas multicolores, pero sin renunciar del todo a los placeres panterianos, la verdad es que no me sorprendería mucho saber después, que al Panther le da por orar chiiiidamente al son de “¡u-yo-yo-yo!, ¡u-yo-yo-yo!”, tsss tsss.

Nota de rigor: Los personajes de este post son el resultado de un mal viaje del PachaRocker (DR), sus alucinaciones se deben -en buena medida- a que el producto contenía más varas y cocos que materia prima.

Nota alterna: ¡Por la despenalización de la Negra Modelo!, ¡Patria libre y bicentenaria!

Nota pacheca: Este post no promueve la pachequez, recuerde: “todo con etsss… eeeso, naada, naaada, naaada…”.

Tres tristes tipos en un mp3. Bájenlo aquí


4 comentarios:

Gil del Valle dijo...

Mi amigo es negro...
Mi amigo está triste...

Pero la favorita de la sesión es "Antes de que me acuses"

Antes de que acuses...
Échate un ojito nomás...

Guitarra, armónica, buen bajo y la bataca. Qué más puede uno pedir, chingaos. Se me ocurre nomás pedir un material sin cocos y varitas.

Tremendo ritmo Ragazziano. Salú con mezcal.

Zuka dijo...

Tsss saka pa andar igual, eso de los cocos y las ramas no lo veo como un problema alguna propiedad han de tener XD, pasitos bluseros y rinpinpin cuchicu y tan tan... Tan buenas pa poner en ambiente fiestero a la oficina, sobre todo en un dia como hoy, dnd todo se me movio derepente a canijo...Before you accuse me...

Zuka dijo...

que buen aporte, ya lo baje y lo escuche :D

Jim Milton Malone dijo...

CÁ-MA-RA, ¿en serio regalaste tus viniles, Ragazziano?

Tengo que confesar que cuando leí esa parte de tu entrada sentí un dolor agudo acá, en la entrada de la parte (por así decirlo).

¡Lo que hace uno cuando está enceguecido (¿embrutecido?) por el amor y a punto de matrimoniarse!

(Afortunadamente para la colección discográfica J.M. Malone, mi abominable personalidad y falta de apostura me protegen de cometer tales barbaridades.)

Lo cierto es que tu buen gusto musical sobrevive intacto, como lo atestigua la óptima selección musical con que nos agasajas en esta ocasión: qué buen viaje, maaaaaaaan.

Publicar un comentario