Por tener pelos en la lengua, cerilla en las orejotas y contestarle feo a sus jefecitas santas estos androides no tienen nombre propio. A todos se les pintó de ese color para humillarlos continua e irremediablemente y son una suerte de monstruos de peluche, titanes, con dos piernas que a su vez contienen las mismas articulaciones de un humano de “capacidades normales”, unos polifemos indie.
Los malévolos robots color de rosa se unieron para destruir la felicidad de la plebe de sentimientos puros. ¿Acaso existe eso? Preguntarán justamente, queridos amigos. Pues sí, a decir de la leyenda y si creemos que su existencia tiene algún fin justificable. Personalmente tengo mis reservas.
Estos robots tienen sentimientos, no se crean que no. Los tienen, pero disfrutan más haciendo padecer a los demás que buscando su propia felicidad, cosa que los liberaría del nefando color que ostentan y los dotaría de un corazón de a devis.
Por el otro lado está Yoshimi, la señorita cometa acaecida en forma de caricatura y con unos como satélites rondando por su cabeza. ¿Serán neuronas?, ¿pensamientos? Imposible determinarlo. Sólo conservamos el fresco que inicia este post.
A Yoshimi sería prudente dotarla de todas las cualidades femeninas tradicionales, entiéndase: ternura, belleza, diafanidad y un toque de picardía que se malinterpreta por varios especialistas como machorrismo. No, señores, no se trata de La Novia (The Bride) en Kill Bill. Yoshimi es cinta negra en karate, sí; está bien fuertota, sí. Pero no es Uma Thurman derramando estrogeno a cada escena, guácala.
Pues tal es la situación que los malévolos robots color de rosa se quieren chingar a la plebe valiéndose de sus puntos débiles que bien conocen como cábulas que son. Uno de ellos, cuyo nombre no conocemos, pide auxilio a esta portentosa dama. El grito de este mortal corresponde al del enamorado que clama por un poco de tranquilidad a su ansia de pendejo mortal. Del güey que ya no tiene pa’ dónde hacerse y recurre al regazo de la amada.
La batalla es inminente. Yoshimi tiene de su lado el karate y lo que podríamos calificar como la esperanza humana, pero los robots tienen de su lado los miedos, los escarceos propios de la debilidad que caracterizan al Homo Sapiens. Saben explotarlos.
Es iluso pensar que Yoshimi gane, lo que vale es la confianza de que un día, de librarse esa batalla, será posible.
Her name is Yoshimi
she's a black belt in karate
working for the city
she has to discipline her body
'Cause she knows that
it's demanding
to defeat those evil machines
I know she can beat them
Oh Yoshimi, they don't believe me
but you won't let those robots eat me
Yoshimi, they don't believe me
but you won't let those robots defeat me
Those evil-natured robots
they're programmed to destroy us
she's gotta be strong to fight them
so she's taking lots of vitamins
'Cause she knows that
it'd be tragic
if those evil robots win
I know she can beat them