10.23.2009

Traveling without drugs

“…voy en el metro qué grandote, rápidote, qué limpiote,
qué deferencia del camión de mi compadre Jilemón
que va’l panteón, ahí no admiten guajolotes, ni tamarindos,
zopilotes, ni huacales con elotes, ni costales con carbón”.
/Chava Flores.





Dentro del vagón, viajando de estación a estación, le puede dar a uno por pensar cualquier cosa con tal de no ver el tipo de rostros, aspectos, rictus, gestos, muecas y jetas de hastío, de desolación (lo de los “aromas” es otro tema). El metro ofrece un mundo de posibilidades psicotemporales para el caso, es decir, se valen introspecciones, retrospecciones, proyecciones, inyecciones, abstracciones, alucinaciones, confusiones, pirarse, hacerle al Mandrake, o lo que uno mande en su cerebro y memoria.



Fecha actual. De Atlalilco a la estación 201, Diana Krall y toda la sensualidad que le caracteriza, interpretando primero Peel me a grape al tiempo en que yo descansaba plácidamente aquella noche en solitario tirado en el sillón de preferencia, a media luz, o séase, sólo el foco de la cocina. El efecto sensorial que esas texturas musicales causaron en mi indefenso ser hace unos doce otoños fue devastadoramente placentero, y según yo, creativo.

Soportando el primer embate. Disco: Love Scenes


Peel me a grape
I miss you so
They Can't Take That Away from Me


Nota: Por cada título de canción aparecerá en breve un reproductor, mientras tanto, vaya directo al link final y descargue la recopilación con 23 temas, gracias.



Sé inglés, ya no lo mastico por toneladas, pero lo hablo, lo escribo, lo trituro, lo interpreto, lo distorsiono, lo acomodo, bueno, hago con ese idioma casi lo que me viene en gana. En ese entonces, entendí en gran medida lo que la Krall proponía con la dichosa uva de esa canción y las rolas que le siguieron, sin embargo -hablando de la famosa creatividad-, me dio por viajar gacho imaginando que esa canción decía algo más, algo como para plasmarse en una pretensión poética ragazziana, una pieza textual que quedaría de esta manera:

Tus Mares

Viajero he de ser, lo ambiciono, es mi modo,
basta evocarte, cierro los ojos, viajo.
Es un viaje misterioso y deseado en un solo tiempo.
Navego en estrechas inmensidades,
sobre superficies perfectamente accidentadas,
diría que, perversamente descubiertas, expuestas para mí;
mapas tersos, envolventes, atrayentes.
Se detiene el mundo por una eterna fracción, y te contemplo,
torpemente me precipito, caigo en vastos mares de tu piel.
Ávidos espíritus me conducen, me tocan, te llaman,
guías mi nave, acudes pausadamente llevándome lejos;
muy cerca a mi deceso, me devuelves.

Renaciendo, de tu mano por supuesto, soy un big-bang perpetuo,
lo oculto de la vida, aquello que milagrosamente ha de conducir
a tu ser más profundo a soñar con el viajero de constante evocación,
he de ser... he de ser.



Segundo catorrazo. Disco: All for you
Gee Baby, Ain't I Good to You
Baby Baby All The Time
Deed I Do



El erotismo fue el leitmotiv en ese famoso lapsus creativus (¿a poco?, ¡oi’ nomás perico hablador!) de finales del cuaternario, digo, de los noventa. Varios trabajos, ningún plus ultra, ya lo dije, cualquiera se puede pirar o malviajar, oh ya’stuvo, párenle ¿no?

Arribo a Apatlaco, misma fecha. Un güey buscando algo con la mirada en las bolsas traseras del pantalón de una chava, cláaaasico; cambio y fuera. El segundo gol de tres fue un monumento, si en vez de anotarlo en el Deportivo San Pedro de Iztacalco allá por los ochentas, lo hubiese metido en el Azteca, el San Ciro o el Nou Camp, otro gallo me habría cantado; años después el Hugol haría algo semejante en el estadio del Logroñes y …bueno, esa historia ya es más conocida que el fraude electoral. Bajan. Siguiente rola, y la Krall maltratándome.

Otra dosis de sensualité. Disco: Only trust your heart
Only trust your heart
I've got the world on a string
Broadway

Coyuya es la locura. Aquella navidad, mi hijo, Saúl, tuvo la atinada ocurrencia de obsequiarme CD y DVD en uno de Diana Krall, no se lo perdono aún, si mis alucinaciones ya iban mejorando, “y tú echándole más leña al juego (con j), te pasas …me cai'". El video S’wonderful no deja duda, estamos llegando a Pénjamo, perdón, a Santa Anita. Unos empujan y salen, otros se sueñan dentro del vagón.

A punto de turrón, Disco: The look of loveCry me a riverS'wonderfulBésame muchoThe look of love
Primero Cuernavaca, luego Cancún, y para cerrar con broche de presión: Acapulco. Iniciando el nuevo siglo y milenio sí que la pasamos retesuave mano, la Ragazziano’s family on board, ir y venir, viajar, entrar, salir, venir, ir, salir, entrar y viajar, oiga usté. D. Krall anuncia que la señora con chamaco chillón están a un tris de desaparecer de mi vista y oídos: La Viga, ¡van pa’bajo!

La puntilla matador. Rolas sueltas
Love lettersStarighten up and fly right
As long as live
Do nothin' till you hear from me



En pleno octubre del dos mil nueve, losfunkardos.blogspot.com, El Marqués, El Miltón y El Ragazziano, no manches, de agasajo, qué buen material. Chabacano. Eso del subterráneo y el tiempo es una onda muy nice, es materia flexible y de profundo análisis, todo este viaje pachequero en no más de veinticinco minutos, buena parte de mi vida pasando de estación a estación, cuántos años he recorrido, y yo tan campante, bueno, la Krall no se queda atrás. Casi no suben, pero ah cómo bajan, ¡váaamonos!.


La sen-sua-li-té

10.17.2009

Los reyes de la conveniencia – Declaración de dependencia (2009)



Creo que fue Andrés el primero que puso en mis manos un disco de estos batos. Era una caja transparente y un CD marca Rusty que decía: “Kings of Convinienz [sic] - Riot on an Empty Street”. Recuerdo que luego-luego le dije:

— Ha de ser una más de tus mamadas Indie y ya te he dicho que no te agarres los güevos antes de saludarme.

Cuando Andrés se marchó (visiblemente contrariado) coloqué el disco de los KOC en mi Sony Genezi MHC-GNX880 e hice el firme propósito de acomodar mi desmadre cuando comenzó la guitarrita…

Homesick

I lose some sales and my boss won't be happy but I can't stop listening to the sound of two soft voices blended in perfection from the reels of this record that I found

… Recuerdo que dije: “Ah, qué bonito cantan”. Resonó el adjetivo “bonito” y en un desesperado afán por justificarlo completé la frase: “Ah, qué bonito cantan estos putitos”. Luego me daría cuenta de que esos versos son una especie de poética de los KOC: “two soft voices blended in perfection from the reels of this record that I found”.

Este par de amanerados llevan por nombre Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe y quiero explicar que son “putitos”, no maricones. Se trata de dos noruegos que se sienten hippies contemporáneos, se ponen crema Dove® en las manos después de tocar la guitarra y lloran durante el final de Titanic… pero, ¡a los dos les gustan las viejas, chingaos!

Misread

A cada rola me convencía más de que estos güeyes sabían su negocio en la suavidad y la melodía y también pensaba que su mayor dolor físico (han de llorar todos los días por las cosas más triviales) fue provocado por un dedo cortado con una hoja de papel bond.

Cayman Islands

En cuanto al género, sí, es una lástima pero mi prejuicio era cierto, es Indie, más específicamente Indie folk y más concreto aún un nombre que les hicieron a la medida: New Acoustic Movement ¿Se quebraron la cabeza, edá? Digo… el mismo Erlend Øye manifestaba su frustración al pretender clasificar su propia música (aquí sus palabras prolijamente traducidas al gallego): “Era como «¿qué hacéis, chicos? ¿versiones? ¿country?» Dos tíos con guitarras acústicas no parecían tener nada de divertido, la verdad”. Que no era más que la verdad, tronco. ¿No te jode?

Know-How

Todavía nos falta lo mejor del disco (si por mí fuera ponía todas las rolas del Riot on an Empty Street, pero la verdad es que me da un poco de güeva) y es cuando aparece Leslie Feist. Su incursión en el disco es —según quien esto escribe— lo mejor de Feist y de los KOC. Dos canciones irrepetibles y de lo más fino que se les pueda escuchar nunca a ambos. De hecho la Feist si acaso tiene una buena rola en toda su discografía.

Por lo anterior no extrañan las palabras del Øye cuando dice: “La verdad es que en general no me gustan [se refiere a las voces femeninas], una de mis bandas favoritas es Red House Painters (?) y de vez en cuando meten para acompañamientos o coros, y la verdad es que no me gusta nada”.

Claro que suena lógico después de ver el resultado espléndido y lo complejo que resultaría repetirlo: “Leslie es una cantante muy buena. De usar de nuevo una voz femenina lo más probable es que trabajemos con Leslie otra vez.” Pues claro, cabrón. Pues claro.

The Build-Up

Nah mames. Qué voz de la Feist.

The spinning top made a sound
like a train across the valley,
fading, oh so quiet but constant til it passed,
over the ridge
into the distances
written on your ticket to remind you where to stop,
and when to get off.

Dense un respiro para escucharla. Dos veces.

Gold in the Air of Summer

Según mis datos el Riot on an Empty Street (2005) es el segundo disco destos... El primero Quiet is the new loud, tiene un buen título y alguna que otra buena rola que prefiero presentarles en las versiones de una compilación de remixes y arreglos que hicieron a finales del 2001 titulada Versus.

Gold for the Price of Silver (Erot Collaboration)



Love Sounds - Intimate Strangers

Esta para coleccionistas de versiones originales la encontré en el Dusty Fingers Vol. 5.

Toxic Girl (David Whitaker String Arrangement)


Failure (Alfie Remake)

Llegamos finalmente a su última entrega: Declaration of Dependence (2009). Cuando le dije a Milton “¡Nah mames! Nuevo disco de los Kiiiiiing, güeeeeeee”, contestó “Me da miedo bajarlo”. Y no dejaba de tener razón, es decir: ¿Qué tal que los KOC ya suenan a Maná, con una versión de “Rayando el sol” en danés? Créanme que no se me ocurrió nada pior .

24-25

¡Están de vuelta! No buscaron (no lo han hecho antes) otra cosa, un “nuevo sonido”, una “nueva veta”. Nel, estos güeyes están a gusto con lo suyo y les sale muy bien. Siguen cantando sobre las relaciones y sus vericuetos, que si bien no son tantos, los saben explotar muy bien. Sí, señor.

Me In You

O qué tal el coro pegajoso y pseudo sabio desta rola

And I'm watching you now
I see you building the castle with one hand
while tearing down another with the other

Boat Behind

Esta otra es un ejemplo raro en la producción de los KOC, quienes como buena antítesis del machismo, acuden suplicantes a la dama y en raras ocasiones se agarran los desos para afirmar suavemente: “Whooo oh-oh I could never belong to you”.

Rule my World

Qué tal esta pieza que bien podría ser una pancarta antireligiosa o una alegoría en la que la mujer ejerce de diosa y, uno, pobre y mortal, evidentemente se rebela. Mmm ¿nuevamente una señal de coraje? Tal parece que mi tesis se viene abajo.

You set yourself above
That all forgiving god
You claim that you believe in
Your kind is gonna fall
Your ship is sinking fast
And all your able men are leaving

Freedom And Its Owner

Ya en serio. Después de mi último post emo y azotado y en cuanto miles de cartas llegaron a mis oficinas del WTC mostrándome su apoyo, lo menos que puedo hacer es hacerles llegar este material, nuevecito de paquete. Hay mucho de bueno en los KOC, particularmente les agradezco que me regalen una sonrisa fácil y un gusto a romance latente o, en el peor de los casos, una sensación de dolor con cierta complicidad o compadrazgo.

Lo suavecito también roquea.

10.12.2009

El Vic y la Cía de LyF del Centro
Claroscuros. El Vic solía ser un tipazo: gran sentido del humor, inteligente, melómano, todo un britshman a la mexicana, cuate, qué digo, cuaaatazo del alma. El asunto empezó a tomar otra tonalidad cuando le pregunté directo y sin escalas: ¿’tons qué?, ¿vas?, ¿quedas?, mmm, no sé, yo creo que no, lo más seguro es que vea a FOCE ese día, respondió, FOCE eran las siglas con las que un reducido grupo de metiches en la oficina identificábamos el detalle del Vic, con quien sostenía “una relación afectiva muy íntima”, la denominación se formaba con las letras conque inicia su RFC, 'uta qué ingenio para eso de llamar a las personas en clave ¿no?


Cranes vino a mí al abrir para The Cure ese verano caluroso regiomontano del nueve dos.
Por un buen tiempo, tal vez como miles de guadalupanos, pensaba que la luna era de requesón y que The Cure era lo más dark de lo dark, incluso por arriba de Cocteau Twins o Joy Division; los taxonomistas de la materia han intentado elaboradas y sesudas clasificaciones al respecto: indie, fusión, alternativo, etéreo, y cuantas categorías rimbombantes más se les ocurre, en fin. Primeros acordes de Adoration, Alison Shaw …y una hermosa oscuridad se hizo; esa ausencia luminosa y una fascinante voz de tintes infantiles fue lo que me atrapó. Sí, el Robert Smith se echó Fascination Street, pero ya nada era igual.







Primeros trabajos, lo bizarro, lo oscuro:
Adoration


Far away




“Mientras tanto en Ciudad Gótica …” otro tipo de denzura empezaba a cernirse sobre la tatema y espíritu del Vic. Sin recato nostálgico diré, antes, intercambiábamos material, íbamos y veníamos a conciertos; de aquel boom recuerdo, Sting, Nacha Pop, Front 242, Hall & Oates, Tears for Fears, George Benson, Van Halen y otros tantos, unos previos y otros en curso del FOCE´s time. La mutación estaba en curso, el Vic estaba perdiendo el feeling, claridad, y yo, al amigo.
El siguiente encuentro con los hermanos Shaw y su banda estuvo plagado de detalles en el antro La Diabla, platico, para ese entonces combinaba mi chamba en la SHCP y un restaurante exótico en los límites de Polanco, la noche que tocaba Cranes en ese sitio, pedí el relevo de rigor a mi hermano Beto -ese sí fue un acto heroico y no asuntos menores en Balderas (graciosada local)-, llegando al sitio, tuve una extraña sensación, tal vez porque la fila estaba hasta su madre de darkies, ya se había llenado el antro, o porque era el único estrafalario que vestía saco y corbata exuberante.

Siguiendo en penumbras:
Adrift

And ever








A través del clásico charolazo, con mi ID de Hacienda y un par de billetes, convencí a un compa de seguridad para que no le causará un mal a la humanidad, of course, casi la hizo de chambelán, me pasó frente a la barra a hacer una escala tequilera, y quitó a sapes a dos-tres monigotes que impedían el libre tránsito hacia una especie de descanso en azulejo en ubicación lateral al escenario, ¡a un par de metros de mi banda de rock preferida!, un lugar propiamente acondicionado para algún PachaRocker(DR) que necesitara treparse a ver el chow, ¡ah, eso es Toño!




A mi regreso de Monterrey, me di a la ardua tarea de conseguir algún cd de estos masters, en cuanto lo tuve, intenté compartirlo con el cuate venido a menos, ¡me mandó en fa a lavarme las tepalcuanas!: “no me gusta la música deprimente, algo que tenga más beat”, ¡tómala cachetón!, al día de hoy no digiero del todo esa parábola vicsiana, digo, si ya era como la encarnación del Emo prematuro, y esos sonidos le venían rebien, si ya iba que volaba para lo sombrío y depre, Cranes le sentaba de maravilla, caramba.

Ni mandada a hacer...
Beatiful Sadness





De vuelta en la Diabla, cuando los “caballitos” habían hecho su labor, ya adentrados en el show, y conservando mi sobria postura, pedí discretamente a gritos “¡Paris an Rom, Paris an Rom, pliiiis!”, créame usted por favor amable amigo, al término de una rola más, volteó hacia mí un ángel terrenal de cara y cuerpo a la Alison Shaw, con par de omóplatos cubiertos de incipientes alas e inolvidable sonrisa, para pronunciar con el más puro acento británico: “…Paris and Rome”; tal y como estipulan los códigos de la decencia y el buen gusto para estos casos, tímidamente agradecí a gañote abierto: “¡Uuu llea, Ai lobiu Alison, ai lobiu Creins!”

¡Uuu llea!
Paris and Rome



Ya casi para terminar su glorioso affaire, encontré al Vic por las calles de la bulliciosa 201, “¿qué pasó mi gûen, dónde andabas que ya no te dejas ver?”, “nada, nada nuevo, la verdad es que me he vuelto muy aburrido, ya no me gusta salir mucho, ando en otras cosas”. Los esfuerzos de rescate que siguieron a la incredulidad fueron en vano: el Vic en el tobogán.

Poco por agregar...
Are you gone?





Junto a Woo Woo y el Panther, el tercer encuentro del mismo tipo con esos genios del rock, esta vez el Circo Volador les recibió, y junto a la legión de fans craneana, encabezados por su humilde servilleta, acudimos a deleitarnos con su nuevo material de aquella gira, “Future Songs”.

De las favoritas, y algo más...
Fragile

Driving in the sun

Give



Basada en la obra Les mosques de J.P. Sartre
In the Temple


El efecto fue inversamente proporcional, en la medida en que Cranes generaba cierta luminosidad en sus recientes trabajos, mi amigo iba llenando su ser de sombras, de una ominosa y lacerante oscuridad. Al final, como en la vida misma y en las cosas donde los claros y oscuros definen, cada uno prende y apaga el foco cuando le place, ¿no?.

Luz en el camino...
Astronauts

Vanishing point

Feathers

High and Low


Lo que se perdió el Vic

Nota: PachaRocker(DR), aparace por cortesía del casi extinto SME e IFAI, sus opiniones pueden causar escozor, prurito, escrobuto, comezón o diarrea, no se administre a menores de edad cerebral, fenilcenúricos, ni peleles espurios; usted se la juega compatriota cibernauta, conste.

10.02.2009

Recordando a los cero siete: Yeah Ghost




The road – Zero 7

Allá por el 2001, cuando tenía 21 años e iba cada ocho días al Mixup para ver las novedades me encontré con esta portada en los reproductores esos que tienen sus audifonotes:

La rolota “Destiny” —hoy choteadísima— me obligó a buscar en la lista de precios las letras y números que les ponen cuando se van a manchar con más de 350 varos. “¡Nah mames, estos güeyes están bien pendejos!”, pensé antes de salir de esa tienda del mal y buscar en los puestos del metro Zapata la versión pirata.


Sleeper – Zero 7

Simple Things (Ultimate Dilema, 2001), disco debut de estos londinenses que ya habían trabajado en un remix de los hoy acabados Radiohead (“Climbing Up the Walls”) representa hoy para quien esto escribe una suerte de aroma del pasado o un sabor de aquellos días en que, sin saber que la vida apesta, ostentaba orgulloso una sonrisa Colgate® que quería decir al que me viera: “Soy un chico buena onda”. Esta canción que escuchamos (“Sleeper”) y en sí todo el Yeah ghost (Atlantic Records, 2009) es una prueba de todo lo contrario: No soy un chico buena onda, la vida sí apesta y las bandas se van al hoyo, sin remedio.


Medicine man – Zero 7

No todo es malo en este disco, hay ribetes de esa primera etapa dorada en la que esta banda se levantaba de la media, de la propuesta ya en decadencia del grunge —hoy completamente muerta— y de la idea de los Chemical Brothers (¿qué les pasó a esos güeyes, eh?) que no podía considerarse música acá, suave, rélax, buena onda y, además, electrónica.


Pop art Blue – Zero 7

¿A poco no son sabrositos? Sí, un tanto fresas y ahora muy clavados, pero precisos para andar por la casa en chanclas, meditando, ejercitando la mente, ¿noooo, güeeee?

Está bien, luego apestan, pero a mí me gustan.


Swing – Zero 7

Les dejo una rolita para despertarse de buen ánimo o andar caminando con los audífonos puestos, pensando que ya no nos cocemos al primer hervor, que la juventú se escapa, el cabello se debilita y los sueños se esfuman. Sin embargo y repito: sin embargo, no podemos escapar —y tampoco se trata de esforzarse— a la repentina idea de hacerle la lucha, recordando que un día sí pudimos, que antes no era tan difícil; que no importaba comprar el disco pirata y ahora poder comprar el original, careciendo de aquello que nos daba alegría. ¿Por qué? Pus porque la vida apesta. Cada año que pasa, más.

yeah ghost